Debo estar tan tocado
que las balas se deshacen en las esquinas
de mis cinco sentidos
Que las seis voces que grita el viento
me dejan sordo, mudo ... Quizás ciego
Que las siete veces que luché
sirvieron para entregarme siete más
Que las ocho veces que debo callar
son las ocho que forman mi propio yo
Y al final de las nueve...
solo necesito nueve letras de sus nombres
para que mi corazón no se destroce.
©Jose Gonzalez
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